¿Como Inspiramos la Vida?
Formas de Inspiración
al Respirar
Os presentamos un trabajo que puede ser muy beneficioso
para mejorar la manera en la que habitualmente o en
momentos excepcionales respiramos. Como la inspiración se
asocia a la primera apertura de la consciencia del ser
humano extrauterino, y es le momento en el que nuestro
cerebro recibe su aporte de energía básica,(el oxígeno), a
partir del aire circundante vamos a realizar un estudio
consciente y detenido de cómo sentimos cada uno la manera
en la que nuestro ser recibe y expresa la Vida.
Cada dibujo presenta el cuerpo de una manera esquemática en
el momento en el que se produce la INSPIRACIÓN. Las flechas
indican la dirección en la que el cuerpo se mueve, músculos
que empujan, zonas corporales que se elevan, tensiones o
relajaciones que se realizan. Combinaciones de todo ello.
Pero hay tres factores básicos a reseñar. Por un lado está
la cúpula del diafragma. Es un músculo con forma de
“paraguas” que se inserta en el medio del tórax (ahí
mantiene un orificio amplio para que discurran sistemas
nerviosos, circulatorios y digestivos) y en el borde
inferior de la caja torácica. Separa la “cavidad abdominal”
de la “cavidad torácica” y tiene una importancia enorme en
el funcionamiento no solo del sistema respiratorio sino del
digestivo y circulatorio.
El diafragma es el verdadero “fuelle” de los pulmones. Un
colapso diafragmático compromete muy seriamente la
respiración y la digestión. De hecho, las personas con
asma, por ejemplo, mejorarían mucho si hicieran trabajos
dedicados a la flexibilización y fortalecimiento controlado
del diafragma, puesto que es un problema muy serio en su
deficiencia de ventilación. El Yoga es inmejorable para
esos casos.
Por otro lado encontramos a la caja torácica, albergando
los pulmones. Que duda cabe que toda respiración es
“pulmonar”, ya que éstos se encargan de recibir la sangre
cargada de toxinas y limpiarla y filtrarla para llevarla al
corazón. Pero los pulmones no funcionan por sí mismos, como
el corazón sino que dependen del trabajo de los músculos
respiradores, tales como el diafragma o los abdominales. Y
la caja torácica tiene sus propios músculos respiradores.
Todos conocemos los intercostales, por ejemplo, que son los
más fáciles de distinguir en ese trabajo de apertura y
cierre o ascenso y descenso que la caja torácica realiza
cuando respiramos.
Y esta es la parte más desconocida por las personas. Nos
encontramos que la colaboración de los músculos abdominales
es muy grande. En principio, para poder soportar el propio
peso del tórax y evitar que éste se desplome hacia el
vientre. Ya sabemos que cuentan los músculos de la espalda
para ello, pero no participan tan directamente del sistema
respiratorio como los abdominales. Éstos dan permiso , o
hacen sitio en el abdomen para que el diafragma descienda
en la inspiración. Cuando mejor descienda el diafragma, más
amplitud recibirán los alvéolos pulmonares.Además la
fortaleza de los mismos nos ayuda a empujar el diafragma
hacia arriba, con lo que la salida del aire de los
pulmones, ya utilizado, es mucho mayor cuanto más potentes
y sensibles se mantengan.
Muchas personas que comienza a practicar el Yoga, se
sorprenden porque sienten que no comprenden muy bien, las
diferencias entre una respiración,promovida por la zona
abdominal, otra por la diafragmática y otra por la
torácica. Y les cuesta mucho sobre todo obtener la
sensación de hacer funcionar a voluntad, las diferentes
zonas. Puede incluso hasta crear una agitación o mal humor
cuando se insiste sobre el tema. Pero es muy importante. Es
la base del “buen practicar” el Yoga, y tiene mucha
relevancia a la hora de determinar si nuestra respiración,
primero es la más completa, y segundo si al estudiarla, nos
podemos dar cuenta de una circunstancia psicológica adversa
ya sea ésta momentánea o casi cronificada. Por ejemplo,
estados depresivos, agitados, ansiosos, o bien centrados,
estables, llenos de luz interior y espirituales. La manera
de respirar afecta directamente a todo el Ser. Física,
intelectual, emocional e incluso en la capacidad de
cumplimentar nuestra necesidades o accionar en la vida.
Una vez vistas estas cosillas, os invitamos a sentaros en
una silla. Es la forma más sencilla de hacerlo. Mantener la
columna completamente derecha. La corona de la cabeza hacia
el cielo, y el mentón levemente replegado hacia el gaznate.
Esto es básico. Si os cuesta hacerlo, asumir que hay un
problema.. Luego ya veremos cómo se respira. Pero la
postura es básica, porque sino disfrazaremos las
capacidades reales de nuestro sistema respiratorio.
Y ahora ¡respiración consciente! Podeis ayudaros de las
manos. Una mano en el bajo vientre y otra en el alto
vientre. Cada una se moverá (si lo hace) en una dirección
determinada y al menos aportará referencias acerca del
movimiento de la musculatura abdominal. Pero la idea es
silenciarse y conseguir obtener una sensación clara del
funcionamiento de esas tres partes del sistema. O sea, la
caja torácica, el diafragma y la musculatura del abdomen)
Insistir y haceros sensibles a la manera de vuestra
respiración. Y luego es cuando podemos comparar con los
dibujos específicos, y darnos cuenta del tipo de
INSPIRACION que estamos manteniendo. O aprender a
distinguirlas. También se puede convertir uno en un
“conejillo de Indias” e intentar reproducir el esquema
respiratorio, para observar cómo se siente uno mismo cuando
practica conscientemente.
A puntualizar, la observación de la diferencia del estado
mental que presenta nuestro ser, dependiendo de la manera
en la que se realice la inspiración. Otro día veremos los
aspectos energéticos y psicológicos que encierran tales
tipos de respiraciones.
Cuando Respiramos Pletóricamente
1.- La cúpula diafragmática se resiste a descender y se
mantiene dirigida hacia la cabeza, y por lo tanto sostiene
indirectamente la inspiración.
2.- La pared abdominal está relajada pero tirante. La
propia fuerza emprendida por los músculos respiradores
torácicos le fuerza a esa tensión
3.- Los músculos intercostales externos levantan
activamente la caja torácica y la expanden.
4.- Las costillas se abren al máximo. Es lo que se llama
una respiración pletórica.
5.- El estado mental es pletórico y entusiasta.
Cuando Respiramos sin Libertad
1.- El diafragma está relajado y casi inmóvil. No existe
comunicación entre el cuerpo respiratorio y el cuerpo
abdominal. Nuestro centro está algo colapsado.
2.- La pared abdominal se mantiene rígida. (se intenta
controlar fuertemente las emociones)
3.- Los músculos intercostales levantan y ensanchan
activamente la caja torácica.
4.- Las costillas se ensanchan y elevan dentro de unos
límites auto-impuestos y constreñidos. (No son libres, ni
se les permite actuar con sus potenciales. )
5.- El estado mental puede llegar a ser ansioso.
1.- El diafragma está completamente relajado (diríase
pasivo) y el ascenso del pecho tira de él hacia arriba.
Cuando Respiramos Engañados por el Ansia
2.- La pared abdominal es empujada hacia arriba y hacia
adentro de forma pasiva. Esa es la paradoja más importante.
Se supone que al inspirar debe relajarse para expandirse
hacia afuera, lo que ayuda al diafragma a descender
correctamente. Y además al inspirar, el diafragma debe de
descender y no subir, pero en este caso es movido
pasivamente por el pecho que se expande al máximo de forma
incontrolada.
3.- Ya hemos comentado cómo los músculos intercostales son
los que realizan mayormente el trabajo respiratorio
levantando y bajando la caja torácica.
4.- Las costillas se expanden al máximo. Aparentemente
puede pensarse que es una respiración muy intensa, pero
solo en la apariencia. Es aparatosa pero ineficaz ya que al
mantener el diafragma pasivo y mal utilizado, los pulmones
no pueden vaciarse adecuadamente, por lo que la sangre no
se limpiará lo necesario.
5.- Como respiración circunstancial puede resultar , pero
si se hace crónica o demasiado intensa, nuestro estado
mental se convierte en ansioso y podemos entrar en pánico.
De hecho puede resultar a la inversa, que la ansiedad o el
miedo nos hagan respirar de esa manera, sin darnos cuenta.
Corrigiendo conscientemente la respiración, se puede
invertir el estado emocional y físico de nuestro ser.
Hay muchas personas que habitualmente respiran de esa
manera, aunque no entren en pánico o ansiedad declarada.
Pero su estado interior es muy agitado y preocupado. No se
dan cuenta, pero la forma de vivir, pensar o sentir la vida
les hace respirar de esa forma, como si estuvieran
constantemente en peligro. Es muy normal que también se
produzca una elevación de la adrenalina en el cuerpo, lo
que además de agitar el sistema respiratorio y nervioso,
(adrenalina significa “Luchar o Huir”) nos agite y fatigue
el corazón. Conviene revisar éste tipo de respiración.
Cuando Respiramos desde el Vientre
1.- La cúpula del diafragma se mueve hacia abajo, con un
movimiento sencillo que parece de un “pistón”.
2.- La pared abdominal está relajada y sale hacia fuera
porque es empujada por el diafragma. Si la pared se
mantuviera rígida la acción del diafragma sería colapsada.
3.- Los músculos intercostales sostienen activamente la
pared torácica en una posición estable. Cuando practiquemos
es necesario percibir la sensación de activar los músculos
abdominales mientras que dejamos que las costillas se
muevan lo menos posible. En posición supina (echados en el
suelo o cama) nos daremos cuenta del movimiento abdominal
con cierta facilidad pero es preferible trabajar sentados,
para adiestrar bien a la musculatura.
4.- La caja torácica permanece casi todo el tiempo del
ciclo respiratorio del mismo tamaño.
5.- El estado mental es relajado, pero puede entrar en
somnolencia. Deducción. Es interesante aprender esta
respiración para conseguir una buena capacidad de sueño o
relajación. Pero en los trabajos meditativos causa un tanto
de adormecimiento y lo es tan interesante. Cuando los
estados emocionales se disparen disponemos de esta
respiración para tranquilizar el sistema nervioso. Y si
habitualmente somos propensos a la ansiedad , el enfado, o
agitación es recomendable adiestrarnos poco a poco para que
la respiración se vuelva mucho más abdominal.
Cuando Respiramos Centrados en nuestro Sol Interior
1.- El diafragma empuja hacia abajo contra los órganos
abdominales. Nuestro Gran Centro del Ser se mantiene
fuerte, flexible y alerta.
2.- La pared abdominal está relativamente tirante, en parte
debido a la actividad muscular. No está tensa, sino
controlando el espacio, la energía y la fuerza mental y
psicológica que emana esta respiración.
3.- Los músculos intercostales mantienen la integridad
general de la pared torácica. Ni se mantienen rígidos ni
pasivos. Evitan con su potencial el que la fuerte actuación
del diafragma pueda desplomar el pecho hacia el vientre.
4.- La caja torácica se levanta por toda su base, debido a
la colocación del diafragma en la misma.
5.- El estado mental es claro y atento y está focalizado en
el torso medio. Es una respiración excelente para mantener
una conciencia clara de uno mismo cuando realiza un trabajo
intelectual. Ayuda al centramiento y a la estabilidad
psicológica. Ojalá pudieran las personas dedicadas a
trabajar intelectualmente delante de un ordenador, aprender
a sostener este tipo de respiración. Además de fortalecer
todo su conjunto muscular tanto del abdomen como de la
espalda, sentirían una mayor sensación de presencia de sus
centros vitales, que a veces se “desgajan” del ser debido a
la inconsciencia corporal que mantenemos cuando nuestra
actividad intelectual es intensa. Consideramos que es una
respiración “anti-fatiga”.
Respiración Completa.
Según la Técnica del Yoga, lo ideal para la actividad cotidiana es mantener una respiración en la que podamos integrar la abdominal, la diafragmática y la torácica. Entonces sentiremos que es una oleada de vida, que abriéndose desde el vientre, recorre nuestro centro y asciende hasta el pecho, y de ahí al cerebro… donde aunque muscularmente no nos demos cuenta, se realiza la llamada Respiración Cerebral.
Esperamos que esta página os sirva de ayuda. Es informativa, pero lo que no puede es suplir a la experiencia. Eso es cosa vuestra.
Rosa y Miguel - Bilbao
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